10 de octubre de 2010

Soñar no cuesta nada mas que tiempo...

Hace mucho que no posteo nada, la verdad esto de ser un adulto y tener obligaciones varias es un gran mierda, pero hoy logre darme un poco tiempo para poder escribir, antes que nada agradezco a la gente que me ha leído y me disculpo por las incoherencias que ha leído, espero que almenos hayan podido sonreír



Hoy que no te tuve te extrañe, no te había extraño antes y ahora si?, odio mi naturaleza confundida. Escuche pues hoy una canción de Kevin Johansen y entre sus acordes decía una gran frase “que lindo que es soñar, soñar no cuesta nada, soñar y nada mas con los ojos abierto, soñar no cuesta nada más que tiempo” , soñar es impórtate , es una genial manera de escaparse de la realidad ( la cual no digo yo que sea mala, solo que implica factores que no puedes contralar) ¿Quién no ha soñado alguna vez como ser un cantante famoso y aparecer en la mitad de un estadio repleto y escuchar tan solo el eco de la gente?, o ¿Poder volar?, o ¿tan solo  ha vivido una película como si fuera parte de ella y ha sufrido con la protagonista u odiaba a otro personaje?, ¿Quién no ha odiado algo solo por no ser como en su mente se había desarrollado?.

Si, aunque suene ilógico suele pasar y muchas veces... y no es pues que yo este loca, si se ponen analizar cada uno a imaginado “sin querer” como será “ese momento importante”, noc, una graduación, una fiesta, una salida cualquiera, etc. Y las cosas no resultaron como uno esperaba increíblemente te molestas, te fastidias, y cuando otra persona te pregunta el porqué de tu fastidio jamás podrías responderle la verdad, que estas molestas por que las cosas no sucedieron como en tu imaginación, que demente puede sonar eso.

Quizás sea que aunque la gente diga que se ha perdido el “romanticismo” en el mundo yo no lo creo así,  y no me refiero solo en la relación de la parejas, ni al que la canta Jerry Ribera ni mucho menos, sino al que como lo definiría la Real Academia un movimiento ideológico en que prevalece la imaginación y la sensibilidad sobre la razón y el examen crítico; es decir de carácter sentimental y soñador.